Caminando bajo el cielo estrellado, dos almas unidas y dispersas por la misma emoción, avanzan en silencio con miedo a mirarse por no saber qué es lo que se reflejará en los ojos del otro y solo conformándose con saber que siguen juntos avanzando en la penumbra de la noche y al mismo tiempo en la luz, que vuelve a entrar en sus vidas, gracias a los mejores cómplices que pudieron encontrar: los sentidos, los cuales les recordaban a cada instante lo que paso ese día al aparecer la luna.
En su interminable caminar, el primero que aparece es el oído, escuchando a lo lejos los maravillosos sonidos de la naturaleza y aún más cerca la agitada respiración de su acompañante cuando el viento en una de sus jugarretas hace que ella inspire el embriagador olor de almizcle y madera de él, a quien el aroma cítrico que ella emanaba le era completamente irresistible.
Mientras esto sucedía, la mente de de ambos volvió al comienzo de esa noche cuando intentaron despedirse y el tacto actuó con ese abrazo eterno en sintonía con el roce de sus pieles que se erizaron al hacer contacto, y la supuesta última mirada, profunda e intensa, que llevó al primer beso y a su sabor sublime que aún no se podía borrar de sus bocas.
Ambos se detienen y al fin se atreven a mirarse nuevamente para descubrir que de donde vino ese beso, vendrían muchos más, sin importar si estos serán dados en la noche sombría bajo el manto de estrellas vigilantes o a la luz del día en donde los rayos del sol ya estaban empezando a abrazarlos para no soltarlos jamás.
Creado el 14 de septiembre de 2011.
Estaba muy inspirada y en lo personal hace tiempo que no escribía algo que me gustara tanto :D
te quiero
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